Lunes 18 de agosto
Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro (v. 3).
La escritura de hoy: 1 Juan 3:1-6 | Anne Cetas escribe: |
Benefactores adinerados en comunidades de todo Estados Unidos han hecho una promesa inspiradora a los estudiantes: si obtienen buenas calificaciones durante sus trece años de escuela en su distrito, los benefactores pagarán por cuatro años en una universidad pública en su estado. En algunas ciudades, las estadísticas han mostrado que, después de escuchar la noticia, esto motiva a los estudiantes, ricos y pobres, a mejorar. Un maestro dijo: «Ha sido un cambio total de mentalidad. Todos los niños de jardín de infantes dicen que van a ir a la universidad». La promesa de lo que vendrá aumenta su deseo y esperanza para el futuro.
El apóstol Juan habló de una promesa futura que ayudó a motivar la fe de los primeros cristianos: Jesús prometió volver. Y cuando lo haga, Juan dice que «seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es» (1 Juan 3:2). También alentó a sus lectores: «todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro» (v. 3). Tenemos la firme esperanza de que, un día, veremos a Jesús. Por eso, nuestro deseo de ser como Él aumenta.
¡Qué maravilloso será ver a Jesús cara a cara! Mientras tanto, continuemos siguiéndolo, creciendo en la fe y anticipando su venida. Dios cumplirá su promesa.
Reflexiona y ora
¿Cómo puedes mantenerte caminando cerca de Jesús? ¿Cómo quieres volverte más parecido a Él?
Jesús, anhelo verte y ser perfeccionado por completo.
Martes 19 de agosto
Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda (v. 3).
La escritura de hoy: Apocalipsis 4:1-4, 6-11 | Brent Hackett escribe: |
El fotógrafo australiano Christian Spencer ha pasado más de veinte años tomando fotografías en el Parque Nacional de Itatiaia en Brasil. Un aspecto sorprendente de su trabajo es el registro del efecto de la luz solar, similar al arcoíris, a través de las alas abiertas del colibrí cuando estas aves vuelan entre el sol brillante y la lente de su cámara. Otros fotógrafos también han captado lo mismo en otras aves.
Encontrar arcoíris en las alas de las aves es un ejemplo de los tesoros escondidos que Dios ha puesto en su creación. Semejante belleza y magnificencia puede despertar nuestra curiosidad respecto a lo que los creyentes en Jesús observarán cuando lo vean sentado en su trono. Cuando Juan vio el trono celestial en Apocalipsis 4, tal vez quedó fascinado. Describe a Cristo en su trono y rodeado por «un arco iris, semejante […] a la esmeralda» (v. 3). Las palabras no pueden describir la gloria de Dios que se le reveló al apóstol.
Al encontrar tesoros escondidos en la creación de Dios, disfrutemos de cada uno de ellos, sabiendo que en el cielo nos aguarda mucho más. Allí adoraremos a nuestro Creador para siempre: «Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas» (v. 11).
Reflexiona y ora
¿Qué otros tesoros escondidos has hallado en la creación de Dios? ¿Cómo puedes usar la creación para mostrarles a Cristo a otros?
Dios, gracias porque la creación muestra tu majestad.
Miércoles 20 de agosto
… corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús… (vv. 1-2).
La escritura de hoy: Hebreos 12:1-3 | Leslie Koh escribe: |
Andrés descubrió que enseñarle a su hijo a andar en bicicleta era frustrante. El niño de cinco años perdía el equilibrio y se caía. Al darse cuenta de que esto sucedía porque su hijo miraba constantemente hacia un costado, tuvo una idea. «¿Ves ese poste? —le preguntó—. Solo mantén los ojos fijos en él y pedalea». Su hijo hizo exactamente eso, ¡y así siguió adelante sin caerse!
Esa ocasión fue una lección para Andrés. Tiempo después, tras contarle lo sucedido a su grupo pequeño, concluyó: sea lo que sea en que fijemos nuestros ojos, hacía allí vamos. No es extraño que Hebreos 12:2 nos llame a «[poner] los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe».
Las responsabilidades y las rutinas de la vida pueden desviar nuestra atención de nuestro andar espiritual; al igual que los hábitos pecaminosos y las obsesiones pueden enredarnos (v. 1). Pero si mantenemos nuestros ojos en Jesús y le pedimos ayuda para darle el primer lugar en nuestros pensamientos, decisiones y acciones, Él nos guiará en todo y nos capacitará para mantenernos a su lado en la carrera en esta tierra. Puede ser difícil, pero Dios desea ayudarnos a cumplir el papel que nos ha dado. Nos fortalecerá para superar todo lo que se interponga en nuestro camino, para que «no [nos cansemos] hasta desmayar» (v. 3).
Reflexiona y ora
¿Qué es lo primero que piensas o haces cuando debes tomar una decisión o responder ante una situación? ¿Cómo puedes permitir que Jesús guíe tus pensamientos, palabras y acciones?
Jesús, enséñame a recurrir a ti primero.
Jueves 21 de agosto
Ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común (v. 32).
La escritura de hoy: Hechos 4:32-37 | Elisa Morgan escribe: |
Lisa y Freddie McMillan tienen un restaurante singular en Brewton, Alabama. Ofrecen comida caliente a todos los que hagan fila… gratis. Esta pareja ha invertido de sus ahorros para ayudar a los ancianos que a menudo no tienen comida y rara vez disfrutan de ir a un restaurante. En una caja, se reciben contribuciones. Lisa dice: «A veces, no encontramos nada allí. A veces, una nota de agradecimiento. A veces, 1.000 dólares. Siempre tenemos todo lo necesario. Nuestro objetivo es satisfacer la necesidad, restaurar la dignidad y desarrollar la comunidad».
Ocuparse de los necesitados puede parecer una tarea abrumadora, ¡a menos que dependamos de Dios! Los Evangelios registran sobre Jesús alimentando a multitudes e invitando a sus discípulos a participar: «dadles vosotros de comer» (Mateo 14:16). El libro de Hechos nos enseña que, en la iglesia primitiva, los creyentes «tenían todas las cosas en común» y «no había entre ellos ningún necesitado» (4:32, 34). Muchos vendían sus posesiones y daban las ganancias a los apóstoles, quienes repartían «a cada uno según su necesidad» (vv. 34-35). Al entender que sus bienes en definitiva le pertenecían a Dios, invertían voluntariamente en otros lo que tenían.
Dios provee; suple nuestras necesidades para que podamos suplir las de otros.
Reflexiona y ora
¿Cómo te ha provisto Dios? ¿Cómo podemos unirnos a Dios para proveer a los que nos rodean?
Dios, ¡gracias por tu provisión abundante!
Viernes 22 de agosto
… el Señor levanta a los caídos… (v. 8).
La escritura de hoy: Salmo 146 | Monica La Rose escribe: |
Después de celebrar en su tranquilo pueblo natal los trece años de Chantale, un tiroteo rompió la pacífica noche. Ella y sus hermanos corrieron al bosque, obedeciendo la desesperada orden de su madre de esconderse. Se acurrucaron toda la noche bajo la protección de un árbol. «El sol apareció por la mañana, pero nuestros padres no», cuenta Chantale. Ahora eran huérfanos y refugiados, junto a decenas de miles en un campo de refugiados.
Cuando oímos historias como la de Chantale, puede ser tentador dar la espalda a semejante pérdida. Pero los que creen en el Dios de las Escrituras también creen en un Dios que nunca da la espalda al sufrimiento, sino que atentamente «guarda a los extranjeros; al huérfano y a la viuda sostiene» (Salmo 146:9).
«El Señor [que] creó los cielos y la tierra, y […] cumple su palabra» (v. 6 rvc) se ocupa siempre de «[hacer] justicia a los oprimidos, y [dar] de comer a los que tienen hambre» (v. 7 rvc).
Chantale Zuzi Leader, que fundó una organización para educar a niñas refugiadas, dice que su experiencia le enseñó que «cualquiera puede volverse un refugiado, perdiendo ese lugar de seguridad que una vez tuvo».
Que nuestra respuesta a personas así refleje el corazón de Dios que es fiel «refugio para el oprimido» (9:9 rva-2015) y «levanta a los caídos» (146:8).
Reflexiona y ora
¿Cómo tú o algún conocido ha perdido un lugar seguro? ¿Cómo puede Dios obrar a través de esas experiencias?
Dios, ayúdame a reflejar tu corazón.
Sábado 23 de agosto
Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham (v. 1).
La escritura de hoy: Mateo 1:1-6, 12-17 | Nancy Gavilanes escribe: |
Hace unos años, después de tomar una prueba sobre genealogía, sentí curiosidad acerca de mis antepasados. Estoy agradecida de haber podido oír historias de algunos familiares de mis ya fallecidos padres, ya que esto me ayuda a sentirme vinculada a mis raíces familiares y aprender de sus experiencias.
Cuando se trata de nuestras raíces espirituales, qué bendición es que la genealogía terrenal de Jesús esté registrada en Mateo 1:1-17 y Lucas 3:23-28. Allí se establece que Él es el Mesías y un descendiente directo de Abraham.
Al leerla, vemos la fidelidad de Dios al cumplir su promesa de que haría a Abraham padre de muchas naciones (Génesis 17:1-8). Dos mil años después de cumplida esa promesa, Mateo escribió: «Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham» (Mateo 1:1).
La genealogía bíblica muestra que la descendencia de Jesús se hace realidad. Vemos los nombres de reyes, como David, y de personas comunes, como un carpintero llamado José. Y Mateo incluye a cinco mujeres: Tamar, Betsabé, Rahab, Rut y María.
Sepamos mucho de nuestros antepasados biológicos o no, podemos —por ser parte de la familia de Dios— conocer sobre nuestros antepasados espirituales a través de la Biblia. Ver la fidelidad de Dios hacia ellos nos da valentía.
Reflexiona y ora
¿Por qué es importante conocer tu historia espiritual? ¿Qué puedes aprender de tus ancestros espirituales?
Padre, gracias por ser parte de tu familia.
Domingo 24 de agosto
… Ciertamente el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía (v. 16).
La escritura de hoy: Génesis 28:10-17 | Winn Collier escribe: |
El modesto violinista, con gorra de béisbol y camiseta, se instaló cerca de la estación de metro L’Enfant Plaza, en Washington D. C. Deslizó el arco sobre las cuerdas produciendo una música melodiosa, pero los transeúntes pasaban apresurados, sin prestar atención. Apenas un puñado de personas se detuvo a escuchar. Nadie imaginó que era Joshua Bell, uno de los mayores intérpretes de nuestra generación, que la noche anterior había tocado en la Biblioteca del Congreso. Bell interpretó varias de las piezas más difíciles del mundo en un Stradivarius de 1713 valuado en unos 3,5 millones de dólares.
Es fácil pasar por alto maravillas que están justo delante de nosotros. Esto le sucedió a Jacob durante su viaje a Harán (Génesis 28:10). Se detuvo y armó su campamento en un punto aparentemente sencillo, para descansar durante la noche. Pero Dios se le apareció en un sueño, diciéndole que sus numerosos descendientes serían de bendición a «todas las familias de la tierra» (v. 14). Y le aseguró: «te guardaré por dondequiera que fueres» (v. 15). Cuando Jacob se despertó, dijo: «Ciertamente el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía» (v. 16).
Dios está en todas partes, «[llenando] el cielo y la tierra» (Jeremías 23:24). Se nos invita a mantener los oídos y los ojos abiertos para verlo y escucharlo.
Reflexiona y ora
¿Dónde te ha sorprendido la presencia de Dios? ¿Cómo puedes vivir más consciente de esta realidad?
Dios, quiero verte y oírte.